lunes, 10 de noviembre de 2014




Con tal de perfumar mi madrugada


Días opacos,
que son abismos de lejanas vidas,
cuadernos sin hojas y libros en blanco,
amanecidas en soles que no calientan
y espejos que no quieren mentir.

Dias sin verbo,
versos que se ocultan bajo toneladas de piel,
lágrimas que ya no se lloran
y labios que no se acuerdan de besar.

Dias anochecidos,
eternas penumbras con sol
que cuentan, sin mirar, las horas
hacia la víspera del que no espera nada

Dias huídos,
que rompen imaginarias celdas
y cosen el alma a golondrinas ciegas
que vuelan sin estación de retorno.


Dias en que justifico vivir porque, 
cuando abro los ojos,
tu sola existencia ha perfumado ya mi madrugada


10 de Noviembre, 2014