Con
tal de perfumar mi madrugada
Días opacos,
que
son abismos de lejanas vidas,
cuadernos
sin hojas y libros en blanco,
amanecidas en soles que no calientan
y espejos que no quieren mentir.
Dias
sin verbo,
versos que se ocultan bajo toneladas de piel,
lágrimas que ya no se lloran
y
labios que no se acuerdan de besar.
Dias anochecidos,
eternas penumbras con sol
que cuentan, sin mirar, las horas
hacia la víspera del que no espera nada
Dias
huídos,
que
rompen imaginarias celdas
y cosen el alma a golondrinas ciegas
que
vuelan sin estación de retorno.
Dias en que justifico vivir porque,
cuando abro los ojos,
tu sola existencia ha perfumado ya mi madrugada
10 de Noviembre, 2014