jueves, 23 de septiembre de 2010

Y de repente tus ojos...





Y de repente tus ojos
son de cristal opaco que mira triste,
unas pupilas al fondo que se esfuerzan
para obsequiarme una sonrisa de antaño.

Con una pesada mochila
sobre mi espalda te he visto,
me duele saber y no poder llorar ante ti,
no poder abrazarte una vez menos.

Flor de un otoño postrero,
hermosa pintura nacida entre azahares,
¿Dónde aquellos nardos?
¿Dónde el clavel que pisaste
de un mozo enamorado?
¿Dónde tu luz de tantas primaveras?

En la tibieza de tus manos
guardas el calor de tu cuna,
en la pintura seca de tus labios
se inspiran las rosas que vendrán
y en tu bondad anidarán
las golondrinas de la iglesia.

Te vas madre, pero allí donde vas
te esperan tus enamorados,
el torero, aquél médico de Valladolid
y el que te ha esperado siempre.

Nunca se habrán enamorado los ángeles
como de esa niña de Triana,
que les pedirá el piano celestial
para tocarles, con su alegría,
esa sevillana que recuerda tan bien.

No sabes lo que te quiero.


Fernando©
23.9.2010

jueves, 12 de agosto de 2010

Lluvia




Lluvia

Tiene que llover
sobre el suelo agredido, sucio e incoloro,
muerto por el despiadado sol del estío.
Ha de revivir la tierra generosa
de regalos azules y verdes
y llenarme las entrañas de aire limpio
mientras miro el traslúcido horizonte.

Tiene que llover,
ha de empaparse este papel
seco y desvaído de palabras
que otrora fueron rosas rojas.
Germinar de nuevo el lienzo,
árido ya de sueños en prosa
y exhausto de pinceladas en verso.

Tiene que llover,
sobre mi almohada estéril,
rellena de secas hojas caídas
que hieren mis párpados sin sueño.
No puedo dormir, no cierro los ojos,
sobre este algodón amarillento y recio
evaporado de tantas aguas felices.

Invoco a Urano, a Saturno, a Júpiter
y a cualquier otro planeta Dios
para que llegue la lluvia torrencial
y me inunde el tiempo suficiente,
hasta que se obre el milagro, una vez más,
de la madre naturaleza renovada.

Fernando©
12.8.2010

martes, 27 de julio de 2010

Te sueño luna



Te sueño luna
y te vivo universo.
De algodón dulce llena
y de humanos lejana,
eres tú, sola para todos,
templada como la vida,
misteriosa como la muerte.
Beso tus crecientes
en auroras boreales,
y lloro tus menguantes
entre agujeros negros.
Ardo entre soles
explorando tu galaxia
y ahí estás, en tu sitio,
eterna musa, incólume diosa,
como regalo jamás entregado.
Porque eres tú, la luna,
fiel a la eternidad
y cada noche, rociada de suspiros,
miras abajo, mágica, enternecida
y nos devuelves a los virtuosos
la bella imagen del amor.

Fernando©
26.7.2010

lunes, 7 de junio de 2010

Duermo



Duermo sin el alma entera,
sólo su destrozo yace conmigo.
Duermo con sueños en féretros
que se murieron esperándola.

Fragmentos de alma y sueños vagan,
desordenados y sin rumbo,
por mi cómplice almohada
como estériles y mudos retales
que se cruzan sin destino.

El sueño no halla el alma
para pintarse de colores
y se deshace lento entre las negruras
de un caótico firmamento,
en el que no hay lunas ni estrellas.

Y así me encuentra el alba,
huérfano de alma y de sueños,
deshermanado también
de la luz blanca que amanece.

Con los ojos abiertos espero
que algún hilo milagroso
remiende al menos una parte del caos
y yo pueda escribir, al fin,
como siempre soñaba,
las primeras estrofas de un bello poema.


Fernando©
7.6.2010

miércoles, 5 de mayo de 2010

Tu presencia apenas presentida




Tu presencia apenas presentida
es sacudida inesperada,
aliento en la cara de aroma con rosas,
un poema deletreado.
La fuerza del huracán contenido,
de un sí y de un no negado,
el calor de la lava en la piel
y la gracia que se espera del universo.

Tu presencia apenas presentida
es viento húmedo de poniente,
hielos soleados en primavera,
un verano de lunas nuevas
y la nada vestida de todo.

Tu presencia apenas presentida
es alimento final, deleite gozoso,
razón, en sólo sí misma,
de mi mera existencia.
Y es fin último de la creación,
que eres tú, aunque no estés.

Fernando©
4.5.2010

martes, 20 de abril de 2010

Navegando




Ni una lágrima,
ni una pena oculta más, amor,
mantén secos tus ojos
y franca tu sonrisa.
Deja ya de mirar atrás
y abre tu alma a la luz
que enciende el horizonte.
Siente sobre tus mejillas la fresca brisa
y sobre tus brazos, los míos.
Despliega tus velas y navega,
confía en la travesía porque yo,
este yo de ti engrandecido, te amo.

Acariciaré en silencio tus cabellos
mientras me hablas, bajo la luna, de ti,
de aquello que sentías en el puerto
del que ahora partes.
Me contarás que allí no salía el sol
y que tus lunas no tenían luz.
De nuestros recuerdos,
crearemos una nueva vida anterior
en la que siempre estuvimos juntos,
sin faltarnos un solo día.

Y así, navegando por los años,
asidos juntos a la borda de este navío,
sentiremos que no hay brújulas,
ni orígenes ni destinos,
y mirar hacia adelante
será tan hermoso como mirar atrás

Cada vez que se haga el silencio
besaré tus labios serenos, húmedos de brisa.
Nuestros suspiros, entonces, de tan próximos,
se creerán ellos por siempre uno solo.

Fernando©
9-4-2010

martes, 16 de marzo de 2010

Tristes divagaciones




Tal vez porque me duele la rodilla izquierda
y pienso que ya son cosas de los años;
o porque ha pasado demasiado tiempo desde que te acaricié
y siento, sin poder evitarlo, que te ocultas tras la pérdida.

Tal vez porque las ilusiones ya son menos,
o las energías o las ganas, o es que quizás ya lo sé todo;
y porque quisiera ver la luna en cuarto creciente,
pero desde este hemisferio no puedo verla siquiera nueva.

Puede que sea porque tenga ganas de volver a fumar
pero tengo miedo a que me suba la tensión;
o que ahora me importa mucho lo que antes no importaba,
y que últimamente he ido a demasiados funerales.

O porque ya no me permito ciertos sentimientos
por miedo al dolor, o a ser de nuevo yo mismo.
Puede que por todo eso, o por lo que no aún percibo,
tenga tantas ganas de llorar en esta fría tarde.


Fernando©
16.3.2010

lunes, 15 de marzo de 2010

El Reloj


Te espero, mi amor, a la una
y a las dos sé que te quiero,
porque te sueño a las tres
y a las cuatro me desvelo.
A las cinco no te olvido,
a las seis me desespero
porque a las siete no estás
y a las ocho aún no duermo.
A las nueve, ya sin luna,
completamente despierto,
sé que a las diez no vendrás
y de esperar me arrepiento.
Mas a las once hago un alto,
en tu imagen me reflejo,
veo que sin ti no soy nada,
y a las doce por tí muero.

El reloj de mi muñeca
da tus horas en silencio.

Fernando©
14.3.2010

miércoles, 6 de enero de 2010

Los Reyes Magos




Este año me han traído
un agua de colonia que huele bien,
una corbata rosa y celeste
y unas zapatillas cómodas;
un libro de versos en japonés,
un telescopio para mirar el firmamento
y una caja de acuarelas;
un cumpleaños con muchas velas,
una báscula de baño
y una TV para ver desde la cama.

Pero, inexplicablemente, se han llevado,
sin mi permiso, otras muchas cosas que tenía.


Fernando©
6.1.2010