lunes, 15 de marzo de 2010

El Reloj


Te espero, mi amor, a la una
y a las dos sé que te quiero,
porque te sueño a las tres
y a las cuatro me desvelo.
A las cinco no te olvido,
a las seis me desespero
porque a las siete no estás
y a las ocho aún no duermo.
A las nueve, ya sin luna,
completamente despierto,
sé que a las diez no vendrás
y de esperar me arrepiento.
Mas a las once hago un alto,
en tu imagen me reflejo,
veo que sin ti no soy nada,
y a las doce por tí muero.

El reloj de mi muñeca
da tus horas en silencio.

Fernando©
14.3.2010

2 comentarios:

  1. Me gusta ese poema, Fernando.
    Besos de uien fué insomne.

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  2. Mi querido amigo, el tiempo es inexorable, se nos escapa de las manos. Se nos mueren los sueños entre los dedos, no hay forma de retenerlos... y la vida sigue eternamente.

    ¡Bellísimo poema!

    Besos!

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